La fotografía macro captura detalles extremadamente cercanos de sujetos pequeños, revelando texturas y formas que normalmente pasan desapercibidas. Esta técnica nos permite ver la belleza oculta del mundo, como los intrincados detalles de una flor o el ala de un insecto, haciendo que lo pequeño se vuelva asombroso y fascinante.
La fotografía de bodegón captura la belleza y la serenidad de los objetos cotidianos en una composición artística.